- Fortalece tus huesos y aleja la osteoporosis: el calcio es esencial para los huesos, pero por mucho que lo incorpores a tu organismo a través de la dieta, este es incapaz de aprovecharlo sin la presencia de la vitamina D.
- Mantiene a raya la tensión: esta vitamina reduce los niveles de la hormona paratiroidea, encargada de regular la presión sanguínea. Por eso, al tomar el sol, la tensión baja.
- Activa tus defensas: de la vitamina D también depende en parte el buen funcionamiento del sistema inmunológico. Los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos encargados de defender el organismo de infecciones, necesitan esta vitamina para realizar correctamente su trabajo. Por eso, tras un verano de sol, notas que en invierno te resfrías menos.
El sol también es beneficioso para:
- Regular tu biorritmo: la luz solar regula nuestros ritmos circadianos, los cuales están implicados en el sueño y el ánimo, entre otras cosas.
- Mejorar afecciones de la piel como la psoriasis y el acné Las lesiones escamosas que produce la psoriasis mejoran hasta un 90% en verano gracias a la acción de los rayos ultravioleta que evitan que el sistema inmune ataque las células sanas de la piel (lo que ocurre cuando se sufre este trastorno). La piel con acné también mejora aunque en este caso conviene utilizar una protección solar libre de aceites y, sobre todo, no excederse con la exposición porque puede producirs un efecto rebote.
El sol es fuente de vida y de salud pero también puede llegar a ser un peligro pues, tomado en exceso, puede provocar envejecimiento prematuro, daños oculares y cáncer de piel. El melanoma es el tipo de cáncer más peligroso y su factor de riesgo más importante es, precisamente, la exposición excesiva al sol.
Según el Institut Català d’Oncologia, más del 80% de casos de melanoma se podrían prevenir, una enfermedad que en los últimos años ha experimentado un considerable aumento. Cada año se registran unos 5.000 nuevos casos de melanoma en España, la mayoría en personas de entre 40 y 70 años, y está asociado a episodios de quemaduras solares acumulados a lo largo de la vida. Por ello es tan importante protegernos del sol desde la infancia.
3 consecuencias si te pasas con el sol
La radiación solar que incide en tu piel está compuesta por rayos UVA, UVB e infrarrojos. Tres tipos de radiaciones que actúan de manera diferente y pasan distinta factura si te excedes con la exposición solar.
- RAYOS UVA: Las radiaciones UVA representan más del 95% de la radiación ultravioleta. Y es que tienen la capacidad de atravesar los cristales y las nubes.Producen un bronceado ligero y no duradero a las pocas horas de tomar el sol. Si te excedes… Aunque no te quemes, el exceso de rayos UVA afecta a las fibras de colágeno y elastina de la piel. Por ello se debilita, se reseca y hay más flacidez. Provocan manchas y alergias en la piel, además de envejecimiento prematuro.También aumentan el riesgo de cáncer de piel.
- RAYOS UVB: Son más fuertes. Estos rayos penetran hasta la epidermis, donde producen una estimulación de los melanocitos que activan el pigmento llamado melanina, generando un bronceado intenso.Si te excedes… Al llegar a las capas profundas de la piel, los rayos UVB son los que provocan el moreno duradero pero si te pasas también son los responsables del eritema (enrojecimiento de la piel) y las quemaduras. El exceso de radiación UVB es un factor de riesgo para el desarrollo del cáncer de piel.
- INFRARROJOS: Este tipo de radiación produce calor pero no broncea. Genera un enrojecimiento cutáneo inmediato provocado por una vasodilatación, pero desaparece en pocas horas. No hay que confundirlo con el eritema producido por los rayos UVB (sale varias horas tras tomar el sol y dura algunos días). Si te excedes… Hasta ahora se pensaba que los rayos infrarrojos no eran nocivos, pero ahora se sabe que también llegan a las capas más profundas de la piel y producen radicales libres, dando lugar a flacidez.
En verano, más precaución
La incidencia de estos rayos sobre la tierra no es la misma durante todo el día. Las horas centrales, de 12 a 16 horas, son las peores para la exposición solar ya que el sol está perpendicular a la tierra y la radiación es mucho más elevada, por lo que causa más daño en la piel.
Y no olvides que los primeros días será suficiente con 15-20 minutos de sol, luego puedes ir aumentando progresivamente el tiempo sin sobrepasar nunca las 2 horas.